La calle Galeana
Antonio Guerrero Aguilar/ Hubo un tiempo, en que Monterrey tenía tan solo unas cinco calles que corrían de oriente a poniente; en cambio las que iban de norte a sur eran consideradas unos callejones, conocidos más bien por quienes ahí vivían o tenían algún distintivo como piedra, un vecino o alguna situación que tuvo lugar en el rumbo, hasta que en el siglo XVIII el cabildo de la ciudad dispuso que les pusieran un nombre formal. En un plano de 1791, vemos a uno de ellos, que para 1861 apenas comprendía dos cuadras. Se le puso el nombre del insurgente Hermenegildo Galeana, y se fue extendiendo conforme se instalaron varios negocios que llegaban hasta el barrio del Roble. En el último tercio del siglo XIX, el sector comenzó a poblarse hasta llegar a la Calzada Unión, llamada tiempo después de Madero. A través de su extensión, vivieron muchas familias y se formaron barrios que durante mucho tiempo dieron vida a toda la vía, ahora repleta de negocios, oficinas y casas deshabitadas.