La primera fuente del Neptuno

Antonio Guerrero Aguilar/

En 1984, Alfonso Martínez, pregonó a tambor batiente que le habíamos ganado la batalla a la escasez del agua. Como trofeo, hicieron una fuente dedicada a Neptuno, diseño del hispano Luis Sanguino. Luego los defensores del régimen, nos compararon con Madrid, pero se les olvidó o no sabían, que a la entrada del viejo Monterrey, alguna vez hubo una fuente de Neptuno. Estaba precisamente donde tenían al dios Mercurio en la plaza Degollado de Morelos y Garibaldi.



En 1911, el cabildo regiomontano, decidió cambiar la fuente de Mercurio, por otra de diseño muy diferente. La idea era construir un mercado de flores y fantasías en los alrededores, que diera buena imagen a todos los viajeros. Se trataba de una escultura de cemento, con imitación de bronce y un juego de aguas, con ocho leones encima de pedestales y doce bancas, igual a una situada en San Antonio, Texas, con un costo de 5,192 pesos. El proyecto fue realizado por el escultor italiano Miguel Giacomino. El área de la plaza fue rehabilitada con jardín, árboles y bancas. En el pasillo central se instalaron dos leones sentados y en sus entradas, flanqueaban dos jarrones sobre su pedestal.

Tras comenzar el tercer proceso industrializador en la década de 1940, modificaron la fuente a la que despectivamente consideraron otra vez, como una “pila inservible”. La nueva estructura tenia forma de estrella de ocho picos, instalada sobre una banqueta de diseño similar, al centro un repartidor de agua en forma de cubo sobre un ortoedro. Toda la superficie estaba forrada de azulejo de talavera. El diseño de la plaza contaba con bancas, alumbrado público, corredores y pequeñas áreas verdes con algunas palmeras. Ya en la década de 1960, colocaron el monumento dedicado a Morelos, obra de Efrén Ordóñez y como el Neptuno no correspondía a la grandeza de Monterrey, simplemente lo quitaron. Así nomás…

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