Sitios borrados: los arroyos del Santa Lucía

 Antonio Guerrero Aguilar/



Santa Lucía es una virgen y mártir, decapitada en Siracusa Italia el año 304, durante una persecución contra los cristianos. Según la tradición, se le relaciona con la vista y los ojos, porque su nombre literalmente significa “la que lleva la luz”. De acuerdo a la usanza de aquellos tiempos, los pobladores como exploradores, tenían la costumbre de llamar a los sitios de acuerdo al santoral del día. Posiblemente un día como hoy, pero de 1577 dejaron el pueblo de los Ojos de Agua de Santa Lucía. Dicen que Alberto del Canto les llamó así, porque fue bautizado en un templo dedicado a Santa Lucía en las Islas Azores, precisamente un 13 de diciembre de 1547. Estos conformaban un sistema de arroyos y cañadas, alimentados por unos manantiales situados actualmente en el barrio del Mediterráneo, el obelisco, Morelos y Garibaldi, Allende y Zaragoza y por el templo del Sagrado Corazón en donde se fundó Monterrey en 1596. 

Los manantiales son los puntos en donde nace el vital líquido. La vista y el cuidado de los ojos son de fundamental importancia, tal vez por eso los vinculamos a los manantiales y fuentes naturales como ojos de agua. Si las aguas son puras y cristalinas, son como los ojos del alma. Por lo tanto, son considerados como origen de la vida y justificamos su presencia ya sea desde el punto de vista histórico, científico y hasta religioso y moral. Por cierto, desde hace unos años, decidieron explotar los mantos freáticos que aún alimentan a los torrentes fundacionales, el problema es que quieren construir edificios grandotes en ambos lados del paseo Santa Lucía. Lo cierto, es que hace 447 años ocurrió la primera fundación. Vean ésta imagen del arroyo. “A menudo me recuerdas a alguien…”


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