El viejo templo dedicado a la Purísima Concepción de María
Antonio Guerrero Aguilar/
¿Cuándo sucedió el milagro de la Purísima? Unos dicen que en 1715 y otros a mediados del siglo XVIII, cuando llovió 40 días y 40 noches, provocando un culebrón de agua que arrasó la entonces pequeña ciudad de Monterrey. Fue cuando la india tlaxcalteca de nombre Antonia, sacó una pequeña imagen y amansó el torrente. La primera casa de la patrona de la capital regiomontana, era una choza por decirlo así. Ya con feligresía, le hicieron una ermita, sin tener las dimensiones necesarias para el culto. Además, por ahí llegaban y salían todos los que tenían algún trato con el Nuevo Reyno de León.
Era la plaza de los arrieros, quienes
pedían su intercesión cada vez que salían a recorrer los caminos de Dios. Luego
se hizo un panteón inmediato al templo, que pronto quedó repleto por tanta
epidemia y peste, el cual fue cerrado a mediados de siglo XIX. En 1856 el
ayuntamiento de la ciudad, concedió a la diócesis, unos terrenos para que se
levantara la casa cural en donde quedara un sacerdote de planta. Para la
construcción, el cabildo de Monterrey cedió los impuestos de calles y plazas,
mismos que se recogían los primeros 15 días de diciembre de cada año por una
comisión formada por vecinos del barrio.
El edificio fue concluido y bendecido el 5
de diciembre de 1862 por el padre José Lorenzo de la Garza Elizondo. 80 años
después, el recién nombrado Arzobispo don Guillermo Tritschler y Córdoba, pidió
la construcción de una casa nueva para la imagen de la virgen Chiquita. Hubo
oposición de muchos feligreses y familias regiomontanas, que guardaban especial
respeto por ésta iglesia. Poco a poco se hicieron de la idea y en 1942 fue
destruido, para dar paso a un majestuoso edificio que ganó el Premio Nacional
de Arquitectura en 1946. Aquí la vemos cuando comienzan a quitar sus sillares,
del viejo templo parroquial de la Purísima.
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