El puente de los Pilares

Antonio Guerrero Aguilar/



Tradición tan nuestra, la de nombrar y diferencias los lugares llamados igual: entonces los aniguos dijeron: “arriba” para no confundir con el “deabajo” “grande” por “chico” o de acuerdo a los apellidos existentes, como el “Topo de los Ayalas” o el de los “González”. Hubo un tiempo, en que Monterrey tuvo dos presas: la “Grande” y la Chica”, con dos cortinas que sirvieron como puentes, denominados por igual, pero con dos cualidades distintas, uno tenía a una virgen y el otro, unas columnas. Veo la foto y advierto un paisaje extraño como remoto, en un Monterrey que alguna vez existió.

Se trata de un puente conocido como de los “Pilares” por las columnas de sillar dispuestas encima de la barda que además servía como cortina o dique de una represa. La imagen que vemos, nos remite a la llamada “Presa Chiquita”, ubicada por el rumbo de Juan Ignacio Ramón, entre las calles de Galeana y Guerrero. Por cierto, uno de los planos de Juan Crouset, pone al dique o retén de agua arroyo arriba, por donde estaba la calle del Teatro, actual de Escobedo.

El verdadero barrio antiguo y ombligo fundacional, estaba entre los arroyos del Santa Lucía y el río Santa Catarina. Entonces para ir rumbo a las tierras de la Virgen y al Repueble del Norte, debían atravesar y evitar los caudales por medio de puentes como el que vemos en la imagen, lamentablemente destruido en 1904. 


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