Los trazos vivientes de Piedras Pintas

Antonio Guerrero Aguilar/

En 1943 el entonces secretario del ayuntamiento de Agualeguas, don Protasio Cadena, describió al sitio de Piedras Pintas, como “una hilera de grandes peñascos de asperón o arenisca colocados unos a otros del Norte a Sur, con una desviación de diez a quince grados aproximadamente al Este”. Pero también lamentó: “En medio de apartadas regiones, resiste oculto e ignorado, tanto de los embates del tiempo como de la indiferencia de las gentes, pero con la fuerza suficiente para atestiguar el paso de los ancestros, son símbolos que muestran el aliento creador de su cultura y de sus destinos”.



Hizo estimaciones: la base de poco más de cuatro metros y medio dividida en dos peñascos. Pero advierte que se trata de cuatro rocas que aparentemente se mantuvieron unidos por mucho tiempo, porque los bordes más o menos coinciden y hay figuras que se complementan de un lado con el otro. Las describe repletas de: “Figuras romboides de forma horizontal, círculos concéntricos, triángulos, muchos soles, signos de tres unidades en una sola expresión y sobre todo a la grande cabeza humana de dos caras que simula unas de las extremidades de la piedra base, a la cual compara con una esfinge”.

En efecto: la base del promontorio del Frontón de Piedras Pintas tiene una altura de 4.65 metros y lo componen dos grandes piedras. La primera se encuentra grabada de su cara occidental. Mide 9.30 metros de largo, por seis metros de ancho y alcanza los 2.65 metros de altura. La segunda está dividida por una abertura de 40 centímetros, aproximadamente.



Llegaron más expediciones de gente ilustre: en 1961 acudieron Humberto Buentello Chapa, Boney Collins Espinosa, Apolinar Núñez de León, Felipe García Campuzano e Israel Cavazos. Cuentan que la primera vez no las hallaron, pero se tomaron fotos y aparecieron encima de ellas, por lo que decidieron regresar. También estuvieron Jeremiah Epstein, Eugenio del Hoyo y Antonieta Espejo. Luego William Breen Murray, hasta que ubicaron a Boca de Potrerillos en Mina y toda la atención, se dispuso por el aquel rumbo.

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