El recuento del patrimonio cultural y natural de Nuevo León
Antonio Guerrero Aguilar/
Allá en el sur de
la entidad estaban: el bosque de General Zaragoza. En Iturbide la cueva de
Guadalupe camino a Linares. En Galeana: dos bosques al norte del Cerro del
Potosí y otro en el Cerro de Pablillos, más el Puente de Dios. En Doctor Arroyo
las haciendas de las Cotorras, Tanquecillos y San Antonio Peña Nevada, la de
Luis Divildox y José María Medrano, el del Americano con algunos fósiles y
yacimientos de hulla, caracoles y conchas, volcanes de aire y cráteres. Hubo
municipios como Hidalgo, Villaldama y Garza García, que de plano dijeron no
contar con edificaciones dignas de considerar.
Un año después,
la Junta Arqueófila de Nuevo León, impulsó la celebración del centenario del Grito de Dolores en
1910, que impulsó la construcción del Arco de la Independencia, los arcos
adintelados en las cuatro esquinas de la Alameda “Porfirio Díaz” (hoy Mariano
Escobedo), un monumento histórico-geográfico en la plaza del Colegio Civil
(conocido como el “Dios Bola”). Por cierto, el 8 de diciembre de 1924, el
doctor Amado pidió corregir la información del monumento de la plaza del
Colegio Civil erigido en 1910, tenía una placa con la fecha errónea de la
fundación de Monterrey en 1563, por lo mismo, precisó la fecha de 1581.
En ese lapso
(1907-1909), hicieron ocho expediciones: unas de carácter paleontológicas a
Santa Rosa de Apodaca y a la Sierra de Milpillas en Salinas Victoria, fueron a
Piedras Pintas y localizaron unos petrograbados en Santa Rosa, recorrieron las
Grutas de Bustamante y acudieron a la Ciudad de México, para conocer la zona
arqueológica de Teotihuacan. Tuvieron una entrevista con Leopoldo Batres, quien
además de reconocer su labor; les recomendó ubicar el lugar y la forma en cómo
los encontraron, además del esfuerzo de catalogación de los principales
edificios. En 1909 les permitieron la exploración por todo el noreste mexicano,
siempre y cuando se ajustaran a las disposiciones de trabajos e informes de
parte del ministerio de Educación y Bellas Artes. Siempre agradecieron la
colaboración del general Bernardo Reyes, a quien lo consideraban un amante de
la historia del Estado y todo lo que significa el bien público.
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