Un museo abierto al cielo
Antonio Guerrero Aguilar/
¿Dónde está el acopio cultural de los
cazadores, nómadas y recolectores que recorrieron estas tierras desde hace 14
mil años? En el arte rupestre. Pero no tenemos un código o alfabeto para leer
lo que nos quieren decir todos esos símbolos. La cultura de los ancestros, está
conformada en una red de lenguajes, ignotos e inaccesibles. A la distancia temporal, solo a través de la
semiótica se pueden interpretar.
Aunque no lo crean, las zonas
arqueológicas son como acervos documentales y museos de arte antiguo, en la ya
estudiadas, se vinculan la perplejidad del investigador y la curiosidad del
escritor. El eje rector es la semiótica, orientada a la interpretación de
petrograbados y pinturas rupestres. En cuanto disciplina que habla de signos,
símbolos y sentidos, con ella se puede realizar una hermenéutica apoyada en la
lingüística, la arqueología, la cultura, la historia y el arte, para tratar de
explicar o al menos, proponer una especie de “piedra rosetta”, que nos permita
acercarnos a los mensajes que los llamados indios chichimecas realizaron en los
muros y piedras de sierras y acantilados.
Tenemos unos 800 sitios registrados en Nuevo
León, donde hay vestigios de presencia humana en la región, de los cuales, solo una docena está debidamente estudiados como protegidos. El arte rupestre, es una prueba
palpable de la existencia de aquellos, lamentablemente considerados bárbaros e incivilizados; los “mal revolcados hijos del desierto” como los denominó
Alfonso Reyes. Se les conoce como insurrectos, asesinos y esclavos; ingresaron
a la historia, en episodios que refieren datos inesperados de su presencia. Los
testimonios que los pueden reivindicar, son los símbolos representados en
piedra, repletos de un significado profundo que no atinamos a comprender. Las
vemos y evocan misterio, entonces provocan preguntas sin respuesta, porque no
sabemos en realidad lo que describen. Pero las zonas arqueológicas, sentencian
“lo cuanto” y “lo diario” de los desaparecidos chichimecas.
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