Juárez en su sitio
Antonio Guerrero Aguilar/
Veo a esta imagen
pretérita, está un león expectante y observante de la sede del gobierno del
Estado Libre y Soberano de Nuevo León. Formaba parte de un conjunto
escultórico, una glorieta con balaustrada de piedra con un diámetro de 14
metros, una base en forma de cruz griega con altura de dos metros y medio. Cada
brazo de la cruz con nueve metros de largo y en cada una de ellas, reposaban
unos leones hechos en bronce. En sus costados cuatro placas de mármol que
elogiaban al benemérito: “El Estado de Nuevo León al mexicano excelso en el
centenario de su natalicio, 1806-1906”, “Salvó la Constitución de 1857”,
“Decretó las leyes de Reforma en 1859” y “Salvó la Patria en guerra contra la
intervención extranjera y el Imperio, de 1862 y 1867”. Sobre la base, una bella
columna de siete metros, con sus realces de racimos de flores en cantera.
Encima, una escultura de Benito Juárez con poco más de cuatro metros de altura.
Todo el monumento
constaba de casi 16 metros de altura. Juárez porta en una mano la bandera con el
nombre de “Patria” y en la otra un pliego que dice: “Constitución y Reforma”.
El 10 de febrero de 1906, el Congreso local decidió su construcción, poniendo
la primera piedra el 21 de marzo de dicho año. En la ceremonia de la primera
piedra, don Bernardo Reyes dio inicio a su hechura, en medio de unas diez mil
personas congregadas en la plaza del 5 de Mayo. En el discurso sentenció: “Los
pueblos que muestran su gratitud a los hombres a quienes deben esclarecidos
servicios, hacen ver que han sido dignos de los sacrificios que por ellos se
impusieron”. El 5 de febrero de 1907 quedó terminado, con un costo al erario
público de poco más de 30 mil pesos, en la conmemoración del 50 aniversario de
la Constitución federal. Desconozco quien fue el autor de su diseño, pero si
reconozco la labor de aquellos y reniego de su destrucción cuando la cambiaron
de lugar e hicieron la explanada de los héroes entre 1982 y 1983, ahora sede de
bailes, manifestaciones y demás muestras populares que desdicen su verdadera
función.
Comentarios
Publicar un comentario