Los "chalet´s de Robertson"
Antonio Guerrero Aguilar/
La mayoría de
los extranjeros que arribaron a Monterrey, para participar en la inversión
industrial como agrícola y servicios, no se instalaron en el centro de la
pujante y creciente ciudad. Unos alejados como celosos, poco sociables solo con
los mismos miembros de sus “colonias”, siendo la norteamericana la más
numerosa. Pero otros sí convivieron cerca con la gente de aquí. Algunos
habilitaron los llamados “chalet´s”, casonas al estilo inglés como de los
Estados Unidos, con hechura distinta a la nuestra típica arquitectura regional.
Uno de los promotores de crecimiento industrial más importantes de la región, fue
al coronel José A. Robertson, al que solo recordamos de vez en cuando. Tenía
inversiones en la línea de ferrocarril al Golfo, la ladrillera, los servicios
de agua potable y drenaje, pavimento y el cultivo de naranjos en el Valle del
Pilón entre otros negocios. Además, se le considera el pionero del juego del
béisbol allá en la estación San Juan de Cadereyta. Él mandó construir su
mansión, que aún existe en la calle Amado Nervo número 2522, colonia Bella
Vista de Monterrey. Una descripción de 1901 da cuenta de la misma: “Bellavista
(la casa de Mr. Robertson) está situada a las afueras de la ciudad, en medio de
un hermoso terreno bien irrigado por canales. Aquí goza de la tranquilidad de
la vida hogareña de un hombre muy ocupado y aquí es donde le gusta convidar a
sus amigos que son una legión”.
Pero también,
tenía una casa allá en Montemorelos, en cuya imagen aparece fotografiado con su
familia. Espero que aún la tengan en pie. El maestro Juan Antonio Vázquez tiene
publicada la biografía de tan ilustre empresario, editada hace ya tiempo y
difícil de conseguir. Como verán, la industrialización no se hizo por unos
cuántos, sino por otros que apostaron, ganaron y luego perdieron, o decidieron
cambiar de actividades. Solo se acuerdan de los que perduran y mantienen el
control económico de la otrora llamada capital industrial de México.
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