La casa de los Maiz
Antonio Guerrero Aguilar/
De acuerdo al
periódico “La Voz de Nuevo León” del 11 de agosto de 1900: “Del Monterrey
antiguo van desapareciendo las viejas construcciones para levantarse otras
magníficas estilo moderno”. Enumeraban 6 mil 542 casas, de las cuales, 97 eran
de dos pisos, 16 de tres y una de cuatro. Había poco más de 62 mil habitantes. De
todas ellas, sobresalía una en especial, que inclusive apareció en postales de
la época. Estaba situada en la esquina de las calles de Padre Mier número 5 y
Zuazua. A simple vista: amplia como elegante, en la primera planta, residía el
director de la mina de San Pedro, la oficina de ensaye y los talleres
eléctricos, mientras en la segunda planta vivía la familia de Joaquín Maiz
Arsuaga y su esposa Elisa Tárnava. En efecto, era propiamente un palacio de
cristal con un torreón con rasgos mozárabes, con ventanales que servían como
mostradores. El dueño, miembro de una dinastía de comerciantes e inversionistas
españoles, originario de Arcentales en el país Vasco, donde nació en 1856 y
falleció en ésta ciudad en 1913. Contrajo matrimonio en 1887 con una
descendiente de aquel militar Constantino de Tárnava, quien llegó con la
Comisión de Límites al mando de Manuel Mier y Terán.
Conviene señalar
lo siguiente: tras la revolución de la Noria en 1872, llegaron algunos jóvenes
procedentes del país Vasco como de la Cantabria. Muchos formaron dinastías como
los Armendáiz, Maiz, Odriozola, Sanjinés, Azcúnaga, Llaguno y Mendirichaga. Los
primeros estaban emparentados y trabajaron una tienda de abarrotes llamada “La
India”. Luego los Maiz abrieron un negocio del mismo ramo de nombre “El Palacio
de Cristal”, situado en Corregidora y Zaragoza. Un hermano de nombre Pedro,
fundó la Cámara de Comercio de Monterrey y se dedicaron a la minería allá en El
Diente. La imagen que vemos fue tan famosa y hasta considerada un ícono
representativo de la ciudad, lamentablemente destruida en 1920.
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