La casa de Jerónimo Treviño
Antonio Guerrero Aguilar/
En 1890, Alfredo Giles, le diseñó y participó en la
hechura de una bella mansión situada en la esquina de Isaac Garza y Emilio
Carranza. Perteneció al general Jerónimo Treviño Leal, un valeroso militar que
participó desde la anexión a Coahuila de parte de Vidaurri, la guerra de
Reforma, la intervención francesa, el segundo imperio, las revoluciones de La
Noria y Tuxtepec, incluso hasta el Sitio de Monterrey en 1913. Hasta visitantes
distinguidos tuvo, como lo fueron los entonces presidentes Porfirio Díaz y
Manuel González.
Con decirles, que el 9 de enero de 1913, se presentó Venustiano
Carranza, para ofrecerle el liderazgo del movimiento constitucionalista contra
Victoriano Huerta. Don Jerónimo rechazó el ofrecimiento, alegó enfermedades y
achaques propios de un militar que se hizo en campañas heroicas. Un importante
sector económico y militar lo vieron como un serio aspirante a quedar en la
presidencia de la República y el viejo (tal vez pensando más en su fin
temporal) se negó.
Precisamente cuando entraron los carrancistas en abril de
1914, se presentaron ante el insigne ex gobernador y empresario, para llevarlo
(por seguridad o la fuerza) ante Pablo González Garza y Antonio I. Villarreal,
quienes recibieron un regaño: los soldados de antes tenían respeto y entraban
con otras maneras, más o menos así les dijo a los de la División del Noreste.
Lamentablemente fue destruida (como siempre sucede con las edificaciones
representativas) en 1950.
Dos plantas, dispuestas en forma de L, con una
impresionante fachada en donde sobresalía un mirador, con ventanales y accesos
con molduras, una bella terraza. Alrededor de la misma, amplios jardines con
huizaches y naranjos. Esa residencia fue testigo de tantas cosas, de sucesos
que desde lo local y regional, incidieron en lo nacional. Los llamados “Atilas
de la destrucción” no lo vieron así y sucumbió. Tan solo nos quedan imágenes a
la posteridad…
Comentarios
Publicar un comentario