Túmulos tristes repletos de piedras
Antonio Guerrero Aguilar/
¿Cómo eran los
sepulcros de los ancestros, que no tenían para una tumba? Eran los túmulos, formados
por montones de tierra, tan solo decorados por tierra apretada y piedras, con
una cruz y el nombre de la persona. En tiempos lejanos, cuando la gente moría
fuera del solar, en señal de respeto, colocaban una cruz o ese montículo que
nos recordaba la partida de alguien que anduvo por ahí. Pero no hay restos
mortales de los finados, por eso, cuando alguien muere, lo llevan a su lugar de
origen, con los suyos y donde además se guarda su ombligo. Aún existen en los
pueblos, ex haciendas y congregaciones. Me recuerdan a las cruces por la
carretera, así como a un lugar en Santa Catarina, en donde decían habían
encontrado a una persona muerta. Como consideración, todos los que pasaban dejaban
una piedra como participando del duelo. Todo este rito, me lleva a entender la
reminiscencia de los llamados chichimecas, quienes colocaban al cadáver en
posición fetal, envuelto y amarrado con una cobija y un mecate. Si la mujer
moría de resultas (al dar a luz), también le cortaban la efímera existencia al recién nacido y los
enterraban juntos en alguna caverna o en el monte, donde colocaban cactáceas o
piedras para protegerlo.
Los ancestros sefarditas, perteneciente al pueblo hebreo, tienen una tradición similar: ponen piedras sobre las lápidas en señal de recuerdo de los perseguidos. En la antigüedad, estaban repletas de ellas y cuando la visitaban, acomodaban más, para asegurarse que el lugar no sería abandonado y después profanado, demostrando que aún estamos con ellos. Un guijarro es parte de la madre Tierra, por lo tanto, participa de la eternidad.
Para ellos como para la fe cristiana, sabemos que el
alma sigue existiendo, aún y cuando el cuerpo dejó de latir y sentir. En
cambio, la flor pronto se marchita, similar a la fragilidad material, física como externa.
En los túmulos se oyen voces. Aquí se oye el viento del desierto y se sienten
los recuerdos de quienes creen, aquí descansan sus seres queridos.
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