Raymundo Sánchez, el continuador de la tradición

 Antonio Guerrero Aguilar/



Quien se quedó con el negocio del papá, fue Raymundo, nacido a las 4 de la mañana del 1 de enero de 1885, en una casa situada en la calle de San Francisco sin número, hijo de Raymundo Sánchez y Maximina González. ¿Cómo aprendió del negocio? Viendo, involucrándose, colaborando en las tareas, asistiendo en las responsabilidades de su papá como del resto de los trabajadores. Un detalle: sin importar el parentesco, todos comenzaron a cavar fosas, preparar cadáveres y llevarlos a enterrar al panteón.

Se casó a las 8 de la noche del 10 de febrero de 1918, con María Cantú, en el domicilio de Zaragoza número 147. Ella era de Salinas Victoria, de 25 años, hija de José María Cantú González y Beatriz González. Ya con responsabilidad a cuestas, adquirieron la primera carroza de motor, marca Ford en 1919, con los dos locales: Diego de Montemayor y el de Zaragoza y M.M. de Llano. Aunque fue una etapa difícil entre 1920 y 1928, lograron consolidar a la agencia, por el servicio, la atención, la imagen, la limpieza, el ambiente y el cuidado que daban al finado. Como la familia de su esposa, era muy buena para hacer vestidos y comenzaron a recubrir los ataúdes. A él le debemos su lema distintivo: “la que se sigue de la mejor”.



Una nota de 1923, nos ilustra: “El Sr. Raymundo Sánchez e Hijos tienen establecidas dos agencias de inhumaciones en Monterrey, N.L., una en la calle de Diego de Montemayor num. 65 y otra en la calle de Zaragoza y M.M. de Llano, siendo sus teléfonos en la 1ª el num. 507 y de la segunda el 1568. Estas agencias están fundadas desde hace 35 años y son las principales en esta ciudad. Cuentan con un magnífico servicio de automóviles fúnebres para los panteones del Carmen, Dolores y los Municipales, así como también fuera de la Ciudad a precios razonables. Estas casas cuentan con grandes talleres en donde se fabrican cajas mortuorias de todas clases. Se expende cera de buena calidad y se alquilan candelabros y todo lo concerniente al ramo, se encarga de la impresión de esquelas día o noche. También se encargan del arreglo de inhumaciones exhumaciones en todos los panteones”. (México el País del Porvenir Nuevo León (1922-1923), 2008).

La sede que ven en la imagen ya no existe, ahí estuvieron desde 1915 hasta mediados del siglo XX.



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