¡Loa al dios Bola!

Antonio Guerrero Aguilar/



Llegan los periodos de exámenes. De pronto, todo el saber acumulado requiere ser expresado en un examen. La necesidad hace desvaríos y desmemorias. Se hacen acordeones y notas subrepticias que alivien el momento oportuno. Todo es en vano, entonces por si acaso llega la salvación, veo al hemisferio atravesado y recuerdo los versos de sor Juana:

A sus Ingenios,

a quien humilde suplica

el mío, que le perdonen

el querer con toscas líneas

describir tanto Misterio.

Los alumnos por temor a reprobar, tan solo musitan: ¡Salve dios Bola, tus feligreses te saludan!

En 1910 la plaza del Colegio Civil fue remozada, y para marcar tan acontecimiento, instalaron el “Monumento Histórico, Geográfico, Estadístico y Meteorológico”; también conocido como el “Banco de Nivel de Monterrey”. Los ahí presentes advirtieron su importancia. Entonces los jóvenes de la benemérita institución, lo llamaron el “Dios Bola”. Su diseño tal y como lo vemos en la imagen, corresponde al arquitecto británico Alfredo Giles, supuestamente basado en un boceto del benemérito ingeniero Miguel F. Martínez. Llegaron las revueltas de los años 60 y fue declarado el punto de reunión de la rebeldía juvenil. Lugar emblemático y simbólico, punto de reunión para manifestaciones y marchas, lo mismo para ejecutar novatadas y altar improvisado en donde pedían pasar los exámenes más difíciles. Así como el amparo de noviazgos entre las chicas del Excélsior y los de la prepa 1. Vaya, si hasta muchos estudiantes lo agarraban para que les diera suerte. Tantas veces cambiado y dañado. Es más, dicen que se lo robaron, hasta que fue colocado frente al centro cultural universitario el 25 de septiembre de 2010.

 

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