El convento condenado a la destrucción

 Antonio Guerrero Aguilar/



En abril de 1914, don Antonio I. Villarreal, decidió la destrucción del viejo convento de San Andrés. Sobrevivió por tres centurias y fue fiel testigo de la vida de la ciudad como del Nuevo Reino de León. Al respecto, tenemos este par de fotografías, hasta cierto punto violentas: como cuando se llevaron a fusilar a las. Fueron golpeando las piedras y sillares a golpes de mazo y picos. Posiblemente a partir de ahí, estas escenas se repiten sin cesar y con ellas van arrancando símbolos referenciales de la ciudad. Don Alfonso Reyes, nos señala en un poema escrito en 1927: "No nos basta ya el paisaje: lo queremos con recuerdos". 



De una cosa estoy seguro: si no se hubiera dañado el patrimonio, Monterrey estaría a la altura de ciudades como Zacatecas, San Miguel de Allende y San Luis Potosí, que aún mantienen su riqueza virreinal. Así como tenemos el “Día del Patrimonio de Nuevo León”, existe el “Día Internacional de los Monumentos y Sitios” celebrado cada 18 de abril, con el fin de resaltar la importancia del patrimonio cultural en los distintos países, reconocer la amplia diversidad y los esfuerzos realizados a nivel mundial para su conservación y promoción. Esta fecha fue instituida en 1982 y adoptada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Vaya paradoja, la desaparición del convento, coincide más o menos con el cuidado a los monumentos y sitios de patrimonio tangible. ¿Qué se hace en la gran área metropolitana? “Y que hiciste del amor que me juraste…”.



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