La capilla de Santa Rita
Antonio Guerrero Aguilar/
Monterrey tuvo alguna vez, una capilla dedicada a la patrona de los imposibles y de las mujeres que sufren violencia intrafamiliar. Es Santa Rita de Casia, una dama cuya fama trascendió precisamente por acudir en los tiempos difíciles. La capillita construida en su honor, dio nombre a la calle situada a espaldas de la Catedral, pero que desde 1906, ostenta el título del doctor en cánones e insurgente José María Coss. ¿Dónde estaba? En la esquina de Doctor Coss y Jardón, ahora sede de una tienda de conveniencia, de aquellas que abundan en México. Lo que sabemos de la capillita, se lo debemos al padre Mier, a Gonzalitos y al investigador Enrique Tovar Esquivel.
Resulta que Matiana de Escamilla tenía un lienzo de Santa Rita. Al casarse con Celedonio González, el sacerdote les indicó que no era conveniente que tuvieran la pintura en casa, en donde iban a tener la intimidad. Entonces Celedonio le hizo la capillita en 1780, más pequeña que la de Dulces Nombres para que tengan una idea de cómo era. El murió en 1807 y ella en 1810, ahí los enterraron y hasta hicieron misas cuando no se podía en la Catedral. Sin la existencia de sus devotos artífices, el pequeño templo poco a poco quedó en ruinas, hasta que el terreno fue adquirido en 1857 por un tal Francisco Pérez Flores. Esa calle se conoció de distintas formas entre los siglos XVII y XIX: callejón de la Horchata, de la Presa Chica, del Puente Chico y Santa Rita por el templo que aparece en varios planos de la época. Hoy se llama Doctor Coss y en lugar de ir a misa o a rezar, compramos alguna bebida, saldo para el teléfono o cargamos la tarjeta feria, por aquello del tarifazo.
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