La Casa de los Rivero

 Antonio Guerrero Aguilar/ Becario PECDA Nuevo León 2023

Al principiar la centuria pasada, sin considerar a las montañas; el paisaje regiomontano en el buen sentido del término, se regodeaba a lo largo de la vista con el campanario del convento de San Andrés, los elementos y formas de la catedral, el palacio episcopal de nuestra Señora de Guadalupe en el cerro de la Chepe Vera y la casa de don Valentín Rivero. Obra y proyecto del arquitecto británico Alfredo Giles, hecha en 1900 para uno de los impulsores de la industrialización y pilar en aquel tiempo de la economía regional. 



No estaba exactamente en la esquina formada por las actuales calles de Garibaldi como de Hidalgo. Estaba un poco más al oriente, en el domicilio marcado con el número 156. En un terreno de 20 metros de frente por 40 de fondo, con dos niveles, pero sobresalía un mirador que le añadía un piso más. Con estilo ecléctico, relevante, propio de una ciudad como Londres o San Antonio. Rompía con las tradicionales líneas de las viejas construcciones tradicionales. Todo el conjunto a base de sillares y concreto, con mucha madera para los pisos, techos, ventanas, escaleras y barandales; además de la herrería necesaria para dar belleza a todo el conjunto arquitectónico. Con muchas habitaciones y un patio central. 



La residencia tenía la capilla particular dedicada a nuestra señora de Lourdes. Dice don Pepe Saldaña que tuvo un costo de 50 mil pesos, de aquellos que aún valían. No solo los Rivero la habitaron. La compró el general Jerónimo Treviño y luego pasó a Ernesto Hinojosa, quien la rentó a Miguel Marcos para instalar una maquiladora de ropa. En Monterrey, cuando quieren dañar a alguien y a una casa, recurren a los incendios. El 3 de mayo de 1967 fue severamente afectada por el fuego. Destino inevitable, ya no vale por lo que hay, sino por lo que es. Las ampliaciones de las calles, el uso de suelo y la mentalidad de los nuevos propietarios, discriminan la intención de la memoria y la identidad regional. Un mercado, luego locales, un estacionamiento para el divino automóvil y un centro comercial, en eso quedó.




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